Juan Carlos Mazo es uno de los directores audiovisuales más reconocidos en la actualidad en Colombia. Entre 2022 y 2023 fue uno de los líderes de la serie Leandro de Estudios RCN, y apenas terminó, se embarcó en la dirección de Rigo, otra serie de la productora colombiana que estrenarán este año. Además, también en la próximas semanas llegará a salas de cine su película El bolero de Rubén.
Uno de los proyectos que catapultó a Mazo para alcanzar el éxito del que hoy en día goza, fue su participación en SMARTFILMS, el festival de cine con celulares. “Ha sido un trampolín importantísimo a nivel personal como para mi carrera” describe.
Su cortometraje Sangre y levadura fue ganador en la segunda versión del festival en 2016 y luego en 2018 con la misma producción obtuvo el el Gran SmartFilm, galardón que en esa versión seleccionó y entregó el célebre director de cine estadounidense Oliver Stone, y en la que participaron los nueve cortometrajes profesionales ganadores en ediciones pasadas.
Ese proyecto fue el resultado de un grupo de amigos apasionados por el audiovisual, muchos de los cuales eran actores y productores, Juan Pablo Urrego, Majida Issa, Yuri Vargas, Aldemar Correa, Jim Muñoz, Tuto Patiño, entre otros, que decidieron unirse para explorar su creatividad en el mundo del cine.
“Todo este equipo lo que hicimos fue empezar a hacer como ensayos, talleres y lluvias de ideas, de cosas que pudiéramos hacer en alguno de esos ensayos. En alguna de esas sesiones uno dice existe este festival, por qué no utilizamos la excusa del festival para que creemos algo por primera vez juntos en términos audiovisuales y vamos a ver cómo nos va” recuerda el director.
Mazo escribió Sangre y levadura en 2014, originalmente para el teatro, y en 2016 la adaptó para la pantalla grande. Se trata de un musical, género poco explorado en Colombia, que mezcla suspenso y farsa, y que eligió filmar en plano secuencia.
“En SMARTFILMS uno tiene la posibilidad de hacer lo que quiera y lo estábamos haciendo, porque realmente era lo que queríamos sin esperar nada a cambio. Llegó este éxito rotundo y volteó la mirada de la industria audiovisual hacia mí como director. A partir de ahí no paramos de trabajar ninguno. Entonces agradezco muchísimo eso” señala.
A esto se le sumó la posibilidad de filmar con celulares, una oportunidad que Mazo aprovechó para realizar tomas que no se logran con las cámaras tradicionales: “En nuestro gremio solemos ser muy puristas y el tema de involucrar el celular parecía un sacrilegio. ¿Y por qué no? O sea, ¿desde cuándo el cine se convirtió en un aparato? El cine no es una cámara. El cine es un conjunto de un montón de disciplinas como fotografía, vestuario, arte, música, dirección, actuación. A mí nunca me ha dado miedo salirme un poquito del molde y SMARTFILMS era la excusa perfecta”.
El éxito de este cortometraje, según su director, es un testimonio de la creatividad y el potencial que se pueden lograr cuando se rompen las barreras tradicionales y se abrazan nuevas formas de hacer cine, las cuales pueden abrir muchas puertas como pasó con él. Su consejo para los amantes del audiovisual es claro: “seguir haciendo, permitir que su trabajo hable por sí mismo y no tenerle miedo a la innovación en todas sus formas. Todas estas cosas las pueden desarrollar en SMARTFILMS”.
La novena edición de SMARTFILMS se realizará entre el 28 y 30 de septiembre próximos en Bogotá con grandes invitados internacionales. Toda la información del evento se encuentra disponible en smartfilms.com.co.