El papel de la mujer en la industria, la humanización más allá del género, el cine femenino como un adjetivo que tiene una carga social, el fomento a programas para madres en la industria, saber darle valor al trabajo realizado, el cine como una plataforma de empatía y la creación de una base de datos para nuevas guionistas, son algunos de los temas que se abordaron en el panel “Mujeres en el cine”, que reunió a la productora Mónica Lozano, a la actriz y productora Karla Souza, la escritora María Renée Prudencio y a la directora Catalina Aguilar en una charla moderada por Mara Robles, de la Universidad de Guadalajara.
El primer punto abordado fue el porqué apostar por el cine, a lo que Lozano explicó que este “es el medio con mayor posibilidad de transformación, de educación y narrativas que pueden cambiar las oportunidades para las mujeres”.
Para Aguilar, es una forma de acceso a otras mujeres, con el interés de contar historias femeninas, que sean temas simples de una persona, “es una plataforma que te permite vivir las historias y tener una empatía con ellas, en el que la gente puede identificarse con alguien que no conozca”.
Pero fue justo el tema del cine femenino, en donde las participantes destacaron la importancia de no mirar el trabajo que realizan por género: “Si hablamos de cine de mujeres está mal, porque nos ponen un adjetivo con una carga social muy grande, que es más melodramático, así que debemos desechar las hegemonías que solo empobrecen los discursos que traemos a la mesa”.
A lo que Lozano agregó: “No hay una mirada femenina, son temas y somos personas, en donde la dimensión humana puede ser contada por quien sea, sea hombre o mujer. Gradualmente se ha ido sumando una mayor participación de las mujeres y me encantaría que fuera más. Para avanzar tenemos que dejar de hacer diferencias, dejar de discriminar y así lograr que haya más directoras, fotógrafas, gaffers, sonidistas que enriquezcan nuestro quehacer”.
En cuanto a las oportunidades que ellas tuvieron siendo mujeres dentro de esta industria, cada una vivió de forma diferente su ingreso a la misma, por lo que Renée Prudencio dijo que en su caso, “alguien abogó por mí para ser parte de un grupo de escritores, cuando solo aceptaban hombres con experiencia, pero yo tenía una voz y por eso incito a los jóvenes creadores a que busquen alguien que los apadrine, que tenga una voz diferente y particular” y fue aquí cuando las panelistas propusieron crear una base de datos para nuevos guionistas, en donde puedan tener el contacto con los que ya tienen una participación activa, además de recomendar consultar el sitio aprendercine.com para revisar guiones ya hechos de grandes producciones y se conviertan en un ejemplo de cómo trabajar en uno.
Los salarios fueron otro de los temas que ahí se mencionaron. Afirmaron que la mayoría no sabe cobrar su tiempo, “eso lo saben hacer los estadounidenses y eso es fundamental porque nos ayuda a crear carpetas que vayan a las convocatorias de estímulos fiscales como EFICINE sin tener que mentir en las cifras”.
Finalmente, Lozano brindó una cifra aproximada de cuánto debería ganar una persona lejos de contar con una gran trayectoria detrás: “Yo creo que tú puedes contratar una opción por 12 o 18 meses en alrededor de 150.000 pesos a lo mejor. Dependiendo de la complejidad del proyecto va de 650 a 1.200 para pagar, y tiene mucho que ver con el guion”.