Con la ola de despidos que han tenido lugar entre 2022 y lo que va de 2023, muchos se preguntan cuál puede ser la solución a esta crisis, y cómo invertir en recursos de la mejor manera posible para lograr mayores y mejores beneficios.
La respuesta podría estar en contratar talento humano en regiones donde el pago sea menor, como ocurrió en Argentina a finales de 2001 en la era de “Corralito”, donde para las empresas a nivel mundial era muy barato contratar empleados en ese país por los bajos salarios, controles cambiarios y un entorno de área gris financiera y económica que se vivía en el ambiente. Lo mismo ocurrió en Venezuela a mediados de la década pasada.
Un famoso dicho latinoamericano dice que cuando el río suena es porque piedras trae, y en muchos pasillos se ha escuchado esta posibilidad de frenar las destituciones, o de hacer contrataciones en nuestra región, América Latina, en países en crisis económicas o en desarrollo de las mismas, como lo pueden ser Argentina, Venezuela, República Dominicana, Perú, Colombia, Brasil e incluso México.
Hablamos de países donde los salarios mínimos según la moneda oficial no superan los US$325, siendo este con mayor sueldo mínimo México. Además, vale mencionar que todos esos países cuentan con profesionales de altísima calidad, gran talento, muy buenos equipos tecnológicos, y gracias a la globalización y a la pandemia se confirmó que se puede trabajar con personas de cualquier parte del mundo de manera virtual.
Quizás las grandes empresas no serían las que se verían más beneficiadas con estas posibles contrataciones en Latinoamérica, pues cuentan con muchas auditorías donde no tendrían cómo demostrar ciertos egresos fuera de sus operaciones tradicionales, pero muchas pequeñas empresas locales, que estén dispuestos a entrar en la anteriormente mencionada zona gris, se podrían beneficiar tanto a ellas como a terceros con la contratación de empleados “baratos” en estos territorios.