Fernanda Valadez, Laura Woldenberg y Astrid Rondero, creadoras de la serie documental El portal para Netflix
Netflix estrenará este jueves 5 la serie documental El portal, producción de Mezcla, compañía fundada por Laura Woldenberg, quien confió la dirección a Astrid Rondero y Fernanda Valadez, las cuales presentan, con una investigación de tres años, el sonado caso del sitio de Internet Zona Divas, el cual reclutaba a mujeres de diferentes nacionalidades para ser scorts en México; sin embargo, encubría un sistema de explotación sexual y violencia, que llevó al feminicidio de cinco mujeres entre 2017 y 2018.
“Era un portal de ‘scorts de lujo’ muy sonado en medios, pero que estaba involucrado en cinco feminicidios de mujeres que ahí se anunciaban. Sentíamos que era un tema que se había cubierto de manera sensacionalista y estigmatizante hacia las mujeres, pero era un caso que permitía entender la trata en México y Latinoamérica. Es algo que se debía contar, por lo que hicimos un experimento de hacer esta serie con directoras que vienen de la ficción como lo son Astrid y Fernanda, directoras sensibles a estos temas y que su trabajo siempre está apoyado de la investigación y de una profunda visión del género” explicó Woldenberg.
De acuerdo con el Informe Mundial sobre la Trata de Personas 2022 de la UNODC, en Norteamérica (EE UU, Canadá y México), la mayoría de las víctimas detectadas son mujeres, representando el 82% de las víctimas totales. La modalidad de explotación sexual representa un 73% de los casos en esta región, de los cuales, 64% son mujeres y el 27% son niñas.
Ante este tema, Rondero explicó que es un tema muy diferente a lo que han abordado anteriormente en sus proyectos, “algunas cosas hemos ahondado, como la migración, porque sabemos que las rutas migratorias son altamente peligrosas, pero la realidad es que todo el tema de la trata con fines de explotación sexual, incluso del trabajo sexual, era algo que Fernanda y yo no conocíamos en profundidad y nos pareció que esta era la oportunidad para hacerlo”, y agregó que siendo feministas, les planteó un reto de entendimiento, “porque estas mujeres están estigmatizadas e invisibilizadas, y luego llegan a un país como México, uno de los más grandes en cuanto a trata, en donde se juntan todo tipo de violencias hacia la mujer, así como la inoperancia de las autoridades, la suma de la corrupción y los grupos del crimen organizado, y eso permitió que una página como Zona Divas operara durante tantos años, que tenía a mujeres que venían a este país por la urgencia en la que se encontraban de adversidad económica en sus países de origen”.
De acuerdo con Valadez, el proyecto requirió tres años de investigación exhaustiva y un equipo multidisciplinario que incluyó periodistas, abogados penalistas, y expertos en diversas áreas tanto en México como en Argentina y Venezuela: “Desde 2022 iniciamos una búsqueda de información en rede sociales e ir encontrando los puntos de conexión, y también buscar los accesos de las supervivientes y los familiares, fueron bastantes meses, la investigación continuó durante el rodaje y no terminó”.
Agregaron que El portal forma parte del true crime; sin embargo, “pero no queríamos que se centrara en los asesinatos de estas chicas, sino que mostrara todo el viaje a través de otros personajes, que llevó a que ellas estuvieran en la situación de vulnerabilidad dentro de nuestro país”.
Uno de los aspectos más conmovedores del documental es cómo las cineastas lograron recrear las historias de las supervivientes sin vulnerar su privacidad o seguridad. Para ello, emplearon un recurso innovador: actrices que repiten textualmente las palabras de las entrevistas con las víctimas, una técnica que permitió preservar la autenticidad de las narraciones sin poner en riesgo a las mujeres que compartieron sus historias. “Era muy importante no revictimizarlas ni vulnerarlas en su identidad, pero al mismo tiempo queríamos que sus historias fueran contadas con fidelidad” explicó Rondero.
Acostumbradas a trabajar con un crew formado por mujeres, para ambas directoras, esta no fue la excepción, lo cual permitió que las supervivientes y sus familias se sintieran en confianza, además de recreaciones, lo que logró tener “el pie completo en el documental, pero agregando un poco de ficción”. En cuanto a equipo de filmación, destacaron que, aun cuando son directoras de ficción, siempre utilizan equipo más parecido al del documental: “La cámara principal es una FX6, acompañada de una FX9, y una Alpha en situaciones más móviles, particularmente en Venezuela. Una cámara importante que nos permitió filmar en lugares que, de otra forma, hubiera sido imposible, fue la DJI Pocket”.
La serie documental sobre Zona Divas es un llamado a la reflexión y a la acción. Woldenberg espera que, además de generar conciencia, la serie sirva para prevenir que otras mujeres caigan en las redes de la trata, y que también provoque una discusión en torno al papel de la sociedad civil y las autoridades en la perpetuación de estas injusticias: “Queremos que la sociedad civil reflexione sobre su rol en esto y que se entienda la gravedad de este problema. Si ven algo sospechoso, deben denunciarlo y quienes usen estos servicios, sepan que detrás puede haber víctimas de trata”.
Con el respaldo de Netflix, la serie documental sobre Zona Divas tiene el potencial de llegar a millones de personas en todo el mundo, llevando un mensaje poderoso sobre la lucha contra la trata de personas y la necesidad de justicia para las víctimas: “El género true crime que se usa mucho en plataformas también se puede explotar de diferentes maneras; en nuestro caso, desde Mezcla y de las directoras, hay un interés genuino de utilizar el género para contar historias con una relevancia social, que puedan incidir en conversaciones que nos parecen importantes de nuestra actualidad”.
Sobre el true crime, Rondero dijo que en México los héroes terminan siendo los periodistas, “los que muestran la información, lo que siguen los casos, también las familias que no quitan el dedo del renglón hasta encontrar a los culpables. Es cambiar un poco el paradigma y eso lo hace más perdurable e interesante, porque son otros actores los que hacen que haya otra reflexión sobre la misma sociedad. Parte de lo que queremos es no darle foco a los victimarios, sino a las víctimas”.
Finalmente, la fundadora de la casa productora Mezcla explicó que, como compañía, entienden el documental “como una herramienta para contar historias que generen conversaciones amplias, que puedan resonar. Nos gusta generar contenido con impacto social y mezclamos mucho el periodismo con el cine, son dos ramas que nos interesan mucho. Nuestro compromiso con estas historias, que hablen de temas que no se están volteando a ver y también con las personas que nos abren sus vidas; ahí tenemos un compromiso muy grande, de no revictimizarlas y de tener un acompañamiento cercano, donde hay una preocupación real y no solo hacer contenido como maquinaria”.
