El escritor Leonardo Padrón informó que ya están en la recta final de Pálpito, su primer proyecto para Netflix, estreno que ya se oficializó para el 6 de julio. “Pálpito es una historia de amor en clave de thriller. El telón de fondo es, ciertamente, el submundo del tráfico de órganos. Algo de lo que poco se habla. Es una historia donde la música y la política juegan también un rol importante, aunque tangencial. Ya cercanos al estreno podemos ahondar en otras aristas” comentó Padrón.
Explicó que la historia la protagonizan Ana Lucía Domínguez, Michael Brown (quien ya fue protagonista masculino en Amar a muerte), y Sebastián Martínez. “¡Tres actorazos! Una de las mayores virtudes de Pálpito es el nivel actoral del elenco, algo imprescindible porque el plot de la historia exigía escenas de mucha complejidad emocional. CMO, la casa productora colombiana, hizo un trabajo tremendo en un panorama muy adverso (pandemia, actores con covid, huelga en Bogotá, etc.). Y el propio equipo de Netflix ha puesto todo su entusiasmo y fe en este producto. Estamos con muchas ganas de que ya llegue el día del estreno” dijo.
Comentó que en Netflix hay una revalorización del rol del escritor, “y eso se agradece, entendiendo que el escritor es —por definición— quien mejor conoce la historia, y quien concibe los parlamentos, acciones, y motivaciones dramáticas que mueven a los personajes. En Netflix, el escritor tiene voz y voto en todos los procesos de la producción: casting, locaciones, música, edición, etc. Pero uno de los puntos que más valoro en esta nueva dinámica, es el respeto que se le da al tiempo de cocción de cada guion. No se trabaja con la prisa corrosiva de la TV abierta, donde muchas veces se arrollan sin piedad los procesos estéticos”.
Comentó las diferencias entre escribir para una plataforma y para la TV abierta: “En el streaming la imaginación y la libertad duermen en la misma cama. Es un territorio despojado de censura, prejuicios atávicos y conservadurismo. Se puede experimentar, salirse de la caja, innovar, abordar temas sensibles y controversiales con el desparpajo y la honestidad que pide un siglo como este. Los diálogos son más reales, se permiten altisonancias idiomáticas, tan normales en la vida cotidiana, y las escenas íntimas o sexuales se trabajan con naturalidad, sin tabúes. Es el fin de la imagen más risible de la alcoba televisiva latinoamericana: la mujer cubriéndose el pecho con la sábana ante el hombre con el que acaba de tener sexo. Por supuesto, siempre habrá parámetros que cumplir, pero mucho más laxos. El sentido común es el más importante de todos los parámetros, porque la idea es que la historia sea viable en términos de producción y realización” dijo Leonardo Padrón.