¿Qué tienen en común estos tres personajes: un carro que lucha por ser el más veloz, uno llamado Alegría que tiene la característica de esta emoción, y un hombre viejo y viudo que encuentra una nueva oportunidad para explorar el mundo? Todos son protagonistas de películas animadas de Pixar (Cars 2, Intensamente o Up), las cuales han logrado sacar, al mismo tiempo, sonrisas y lágrimas, además de ser alabadas por la crítica.
Unas de las mentes detrás de estas cintas es Shawn Krause, director de animación en la famosa productora estadounidense, que ha trabajado allí desde sus comienzos. “Empecé en la empresa haciendo animaciones para anuncios comerciales. Steve Jobs quería que apoyáramos a Pixar haciendo anuncios comerciales para tener ingresos para continuar. Así que hice anuncios de galletas, hice anuncios comerciales y al final de todo, Toy Story” recordó el animador en una reciente visita a Bogotá, donde fue uno de los invitados especiales de SMARTFILMS 2023.
Krause enfatiza que en animación, así como en cualquier historia, una de las cosas más importantes es la sinceridad y la conexión emocional de los personajes, pero adicionalmente es clave que todo parezca real. “Todo está basado en los personajes y su alma. Otra parte fundamental de lo que hacemos es la veracidad del material. Entonces, si tenemos un personaje que es un vaso y salta por la mesa, tienes una sensación visceral de que si golpeas ese vaso demasiado fuerte, se romperá. Así que intentas respetar las propiedades, ya sea de un automóvil, un pez o una persona que estás animando” señala.
En el caso de cómo lo trabajan en Pixar menciona que es un esfuerzo conjunto, que lo impulsa en un primer paso un director trabajando con los directores de arte y los diseñadores de producción para definir qué personajes hay. Está la labor del storyboardista que se encarga no solo de contar la historia, sino de ser un diseñador de personajes, un diseñador de escenarios, hacer el primer paso.
“Una vez que tienes un personaje con el que puedes trabajar, ese arte se pasa a una persona técnica para construir el títere virtual, el esqueleto en la computadora, y luego se convierte en una colaboración entre la persona del departamento de arte, el departamento de animación y el departamento técnico. Obtenemos el rendimiento en el lado de la animación mientras respetamos lo que el lado del arte necesita de él. Una vez que los tenemos, entonces estamos en tomas y nos filmamos a nosotros mismos. Observamos el proceso y mostramos en las reuniones diarias al director” explica.
TECNOLOGÍA AMIGA DE LAS HISTORIAS
Indica que a diferencia de otra época, en la actual prácticamente en la animación no hay límites gracias a los avances tecnológicos y su forma amigable de uso: “Cuando empecé, siempre había personas que eran grandes artistas en el lado técnico y personas técnicas en el lado de la animación o el arte, pero ahora, a medida que pasa el tiempo, esas líneas se vuelven mucho más borrosas y las personas pueden hacer todo en uno u otro lado. Así que creo que las herramientas se vuelven más rápidas, más flexibles, más fáciles de usar y el flujo es mucho más rápido. Así que ahora tienes. No te preocupas por la tecnología. Quieres que la tecnología inspire al arte y el arte inspire a la tecnología”.
En cuanto al momento de la animación, Krause opina que no escapa a los desafíos de la industria audiovisual en general, siendo uno de los principales, la lucha por la atención del público en un ambiente donde la competencia es feroz. En medio de este panorama, el director de animación cree que la autenticidad y las historias que crean identificación con la audiencia seguirán siendo fundamentales, independientemente de cómo evolucione la industria.
“No está claro cuál es el futuro exacto, pero siento que siempre está arraigado en la sinceridad y en historias que resuenan con la audiencia” finaliza.