Rafa Arroyo Cinematografo
Como director documentalista, el español Rafa Arroyo se impuso una misión, usar su arte para visibilizar sentimientos y situaciones. De eso se trata su documental Trazos del alma, que acaba de ser nominado como Mejor cortometraje documental en los Premios Goya. La pieza refleja los abusos que sufrió su madre en su juventud: “Todo ese dolor no lo pudo contar por estigmatización de la sociedad y ella lo plasmó en cuadros” dijo en una nueva edición de Maye y Ríchard con los nuevos talentos. En el tráiler de este corto, su madre lo dice claramente: “Es muy difícil revivir el pasado; tú aunque creas que el pasado está pasado y lo borras, y perdonas a todos los que te han hecho daño, el dolor siempre queda ahí”.
“Quiero hacer visibles las historias invisibles, porque es gente que no es capaz de transmitir con palabras cosas que han sentido, cosas que han percibido, sino que lo hacen a través de un medio que puede ser, en este caso, el arte o lo que sea. Entonces, ahora mismo, esa es la labor que tengo como director documentalista” destacó.
Agregó que para lograr reflejar esto con autenticidad y reconocimiento no hace falta equipos costosos. “El documental de mi madre lo he grabado con una cámara y un objetivo de €1.000 (…) , si lo que cuentas, lo cuentas desde el corazón, eso ya dice mucho de ti”.
Arroyo nació en Ciudad Real, una localidad española cargada de referencias cervantinas, en particular a Don Quijote, que parecen evocar su devoción por reflejar batallas perdidas. Sin embargo, en sus inicios estaba lejos de allí. Se graduó y ejerció la carrera de ingeniero de telecomunicaciones, pero explicó que cuando llegaba a su oficina sentía un vacío que empezó a llenar mediante la fotografía.
Su carrera como cinematógrafo despega con Trazos del alma, en el que se embarcó en octubre del 2020: “El proyecto más difícil que he tenido a nivel personal: retratar las cicatrices de mi madre. Ha sido un camino lleno de dudas; muchísimas dudas, y de enfrentamientos personales” dijo en un post en LinkedIn. El corto además fue seleccionado en otros festivales internacionales como el Doc Edge y el Aguilar Film Festival.
Arroyo también ha incursionado en videos musicales, de moda, de publicidad para clientes como Warner, Netflix y ha trabajado para marcas reconocidas en Europa como Carrefour y Palomo. Arroyo está convencido de que con trabajo duro, puede seguir avanzando en sus proyectos, pues las ayudas al sector audiovisual se reservan para compañías o productores con mayor trayectoria. Sin embargo, esta realidad no lo ha detenido y ha logrado avanzar en métodos de financiamiento alternativo, como los NFTs.
FOTOGRAFÍA NATURALISTA E INTIMISTA
Una de las particularidades de Arroyo es el estilo que ha desarrollado como director de fotografía. “La mayoría siempre me llaman porque dicen que la fotografía que tengo es muy naturalista, que no es nada artificial, que se ve mucha crudeza y mucha naturalidad, que todo lo que se ve no está hecho con grandes artificios y eso gusta”. Agrega que esto lo logra sin perder el punto cinematográfico.
Su técnica tiene que ver con la forma que maneja la luz. “En mi fotografía siempre busco que la localización tenga la mejor luz natural posible para que esa luz, si hay carencias y demás, poder replicarla con algún refuerzo o con algún aparato. Siempre intentando trabajar dependiendo de si es algo cálido, tungsteno, o si es algo más natural, HMI”.
También apunta al trabajo del actor con su estilo fotográfico, intentando tener dentro del set la menos luz de ser posible. “Para que los actores vean que no están dentro de un set, sino que están dentro de un espacio que puede ser su casa o algo que ellos reconozcan, pero que no vean mucho trípode”.
PRIMERA PELÍCULA Y NFTS
Ese mismo estilo tan particular de Arroyo llamó la atención del creador colombiano Luis Vargas, que le ofreció la oportunidad de hacer su primera película como director de fotografía y fuera de su país.
Vargas y Arroyo se conocieron en un colectivo de cineastas que financian sus proyectos a través de los NFTs (non-fungibles tokens), una vía de financiamiento que está ayudando a los cineastas a realizar sus proyectos.
“Una de las financiaciones que yo busqué para Trazos del alma fue a través de los NFTs, del arte digital que está ahora muy de moda con las criptomonedas y demás. Pero me interesaba mucho esto del arte digital porque había varias personas que había visto que en el mundo del cine no tenían acceso a estas financiaciones y que estaban buscando otro tipo y me dije: ‘qué lindo, se abre otra vía de financiación para esa gente que no podemos competir con grandes productoras o con los que ya tienen muchos galardones’, y que van por esas ayudas y que evidentemente se la dan” dijo.
Arroyo tiene un apartado en Foundation, un marketplace de NFTs, donde tiene sus colecciones digitales que se venden para obtener recursos. Para llegar a esto, contactó a Jordan Bayne —una directora estadounidense que esta entre EE UU y España—, quien le presentó un colectivo de cineastas que están haciendo sus películas sin entrar en mercados de financiación, sino vendiendo arte digital.
Actualmente, Arroyo está trabajando en otro documental, “buscando estas historias que están, como siempre, invisibles”. Se trata de visibilizar a aquellas personas afectadas por las hipotecas, y para ello contactó a una organización española sin fines de lucro que ayuda a gente en situación vulnerable que está teniendo problemas con los bancos, fondos de inversión, que según el cineasta intentan adueñarse de sus casas. “Estoy documentando esta parte con esta gente afectada, intentando visibilizar esta historia que la verdad es que a mí me ha sorprendido porque es algo que nos puede pasar a todos y que creo que debería conocer la sociedad”.
