Cómo será volver a
ir al cine es una de las incertidumbres que ha dejado la pandemia.
Para la directora Mariana Rondón las plataformas no pueden sustituir
del todo esta experiencia, para la que se diseña la fotografía y el
sonido como una obra de arte.
“Si por estar en una plataforma no
llega a una sala de cine sería doloroso, como ver el Guernica solo
en la computadora. Si me dicen que en el futuro no habrá una sala
de cine, empiezo a pensar en historias en Zoom”.
En abril, Rondón
estrenaría en el Festival de Tribeca la película Contactado,
dirigida por Marité Ugás. La ruta de exhibición que comenzaba allí
se desvaneció con la suspensión de todos los festivales. “Todo
quedó en veremos, se hizo una versión online donde nadie vio las
películas”.
En la nueva
normalidad no piensa como era la vida antes, sino cómo le gustaría
que fuera. “Volver a lo que era si se puede hacer distinto es falta
de aventura”. La cuarentena la ha vivido en Perú. Trabaja en tres
proyectos de largometrajes, uno de ellos con financiamiento del
mercado de cine Berlín.
La venezolana no
deja de pensar en su país, y la profunda crisis que atraviesa, como
fuente de historias. “Hace muchos años
solo me imagino historias de terror, no solo como género. Nosotros
más que nadie hemos estado preparados para esta pandemia, desde un
aprendizaje de la precariedad, el miedo, la angustia y un alma
totalmente en guardia”.