Si México adopta un programa de incentivos competitivos a nivel mundial, con una tasa de alrededor del 25% y un presupuesto anual significativo, que pueda atender producciones de alto presupuesto y que además sea estable, lograría un impacto en gastos de producción de US$1.000 millones en 2028, duplicando el gasto actual (de unos US$600 mil). Pero si no invierte nada, para ese año habrá decrecido el gasto a US$464 mil.
En el competido panorama global, en el que hay un gasto total en contenido de US$238 miles de millones en el mundo, América Latina solo atrajo a un 3% de la inversión en producción internacional en 2019, aunque el territorio tiene un potencial de crecimiento muy importante.
Lo anterior es parte de un estudio de empresa consultora Olsberg•SPI que están por anunciar, y del que su representante en Latinoamérica, Steve Solot, dio una probadita a los asistentes de la XVII Convención de Canacine, en Tequila, Jalisco.
Solot dijo que estas cifras demuestran que, aunque hay un potencial enorme en Latinoamérica y en México, ello está siendo desaprovechado. “El incentivo tiene un papel fundamental. Ayer tuvimos muy buenas noticias del cash rebate que asumió el estado de Jalisco, los felicito por este incentivo que es importante y pionero” dijo Solot.
La proyección del estudio de Olsberg•SPI indica que crecería también el volumen de producción de 337 a 412 proyectos, pero si no hay incentivos, se irán las producciones a otros países más competitivos, por lo que decrecería a 260 al año, en el escenario de “no incentivos”. En empleos, el crecimiento sería de 15.510 a 27.240 para 2028. De no existir inventivos, bajaría el número de empleos a 12.000, es decir, se perderían 3.510 empleos.
A pesar de su posición privilegiada como mercado de producción audiovisual en Latinoamérica, México se encuentra en el tercer estrato de países en cuanto al nivel de producción. Sin incentivos significativos, lucha por atraer grandes series y largometrajes. Con incentivos, México podría tener una expansión rápida y convertirse en un mercado del primer estrato.
“Los productores que iba a filmar en México dejarían de hacerlo sin programa de incentivos, para mirar otros mercados que sí los tienen. Esto generaría una reducción de 5% en la actividad de producciones a partir de este año y continuaría en 5% por año a lo largo del tiempo” dijo Solot.
Además de la derrama económica en otros sectores diferentes al audiovisual, los incentivos tendrán un impacto estratégico: desarrollo de competencias y talento; formalización de la economía de producción, infraestructura, incremento de la regionalización, impulsor del turismo doméstico e internacional.