Telenovelas evolucionadas y programas unitarios basados en temáticas emergentes son las producciones estrella en el menú de ficción de Televisa. Para ahondar sobre el tema PRODU entrevistó a cuatro de los principales productores de la televisora: José Alberto “El Güero” Castro, Rosy Ocampo, Genoveva Martínez y Lucero Suárez.
Todos comparten la idea de que el melodrama seguirá teniendo éxito —desde la telenovela clásica hasta la propuesta más innovadora—, pues entre sus virtudes se encuentra la facilidad para hacer conexión con el espectador “debido a su carácter profundamente humano (un espejo en el que la sociedad puede verse”, según Rosy Ocampo; y a “la velocidad para ser comprendido por la audiencia” (José Alberto Castro), al abordar conflictos y problemas que viven y sufren las personas, con resoluciones siempre esperanzadoras. Historias donde el bien triunfa sobre el mal.
Lo relevante, aseguran, es hablarle a la audiencia con temas que le son pertinentes. Por ello, para la productora Rosy Ocampo la investigación, tanto en el caso de telenovelas originales como en programas unitarios, es parte del camino al éxito.
Para Lucero Suárez, que gusta de hacer telenovelas actuales y urbanas, otra clave del éxito —además de contar con una historia interesante— está en el talento: que la novela tenga actores y actrices que sean reconocidos por el público y creen conexión.
Los programas unitarios tienen en común con las telenovelas el abordaje de temas relevantes para la audiencia. Sin embargo, su estructura (en el que un tema se presenta, se desarrolla y concluye en un capítulo) brinda ventajas económicas, flexibilidad para la programación y además ofrece al talento un espacio de trabajo y visibilidad.
Afirman que los unitarios siempre terminan con un aprendizaje o moraleja, y por lo general tienen un concepto que arropa o sirve de paraguas al conjunto de unitarios. “Si no tienes un concepto potente y coherente que le haga sentido a la audiencia no tienes serie” dijo Genoveva Martínez.
Rosy Ocampo
Para la productora Rosy Ocampo, con más de treinta años de experiencia, creadora de La Rosa de Guadalupe y la antología Vencer, entre otras, la investigación es clave a la hora de pensar en el tema que tendrá la producción, pues el éxito irá de la mano de la capacidad del programa de conectar con la audiencia, además de sorprenderla.
Asegura que la telenovela sigue siendo el producto de exportación que identifica a México y que la novela clásica permanece tan vigente como siempre, lo que se constata en los distintos horarios en los que se programa en Televisa: en el vespertino hay novelas muy clásicas con grandes volúmenes de audiencia, en los que la nostalgia juega un papel importante, sobre todo en este momento de la pandemia pues, explica Ocampo, brinda una certeza. Además, tienen la ventaja de reunir a la familia. “Hay audiencia para este tipo de programas, así como otras que buscan temas más novedosos” afirmó, poniendo como ejemplo la antología Vencer, que es resultado de la investigación y una evolución con otra propuesta.
Afirma estar en permanente búsqueda de innovación, por lo que cuenta con un equipo de investigación a su cargo. Entre los hallazgos de su equipo, encontraron que el melodrama prevalece en casi todas las plataformas o pantallas en proporción de 70% y 30% de otros géneros. A su vez, hay distintas propuestas de melodrama, como las de Vencer, antología en el que cada capítulo empieza y termina con una reflexión, son temáticos y avanzan con un consejo y asesoría ligado con instituciones que ayudan en estos temas.
El éxito de formatos de unitarios como La Rosa de Guadalupe se basa en las temáticas emergentes que ocupan, afirma Rosy Ocampo, quien explicó que el equipo de escritores avanza a partir de una investigación que aporta datos, casos, expectativas de la audiencia y problemáticas más relevantes que se deben reflejar en la pantalla. Ello con una estructura muy estudiada, en la que se presenta, se desarrolla y termina cada caso en cada episodio.
“La audiencia identifica que se trata de situaciones que viven día a día, un espejo en el que aparecen reflejadas distintas problemáticas. Contrario a lo que se piensa, La Rosa de Guadalupe está atrayendo a audiencias jóvenes y genera con ellas un vínculo estrecho” dijo Rosy Ocampo.
Afirma que en el caso de Vencer ha habido interés internacional no solo por la lata, sino por hacer adaptaciones en cada país.
José Alberto Castro
“La virtud del melodrama es que el espectador puede engancharse por largos períodos, en los que puede vivir el conflicto de un personaje, pero con espacios o remansos de comedia, que permiten aligerar la carga y mantener un ritmo en la historia. Cuando solo es drama, es difícil mantener a la audiencia por más de 10 o 12 capítulos” dijo José Alberto Castro, productor del más reciente éxito de Televisa, La desalmada, tras comentar que hay una evolución de la novela clásica hacia un producto de mayor calidad en la factura y en la narrativa, además de un ritmo más dinámico, con lenguaje y temas más audaces. Asegura que puede cambiar su extensión o ritmo, pero la estructura siempre va a prevalecer.
Afirma que tanto remakes como originales tienen espacio y oportunidad. La distancia en el tiempo con ciertas producciones que son éxitos garantizados permite llegarle a una población que no conoce la historia, y, en ese sentido, la misma se refresca y se actualiza, explica, al tiempo que el original es un reto.
Comentó que hay una evolución de la novela clásica hacia un producto de mayor calidad en la factura y en la narrativa, además de un ritmo más dinámico, con lenguaje y temas más audaces —hasta donde lo permite la televisión abierta que incluye a todo público—: “La televisión abierta tiene una responsabilidad muy grande al entrar a todos los hogares, a diferencia de la televisión paga, donde te puedes permitir ciertas cosas y la gente es responsable por lo que sintoniza. Hoy por hoy siendo un canal de TV abierto, somos responsables de lo que programamos” dijo.
Genoveva Martínez
Genoveva Martínez, productora de Como dice el dicho y Esta historia me suena, afirma que los unitarios responden a las necesidades de nuestra época y al cambio en los hábitos de consumo de la audiencia. “Hace 20 años la audiencia disfrutaba de entregas lentas, pero los tiempos han cambiado y todo es más rápido. El consumo de contenido requiere de velocidad en la narrativa” explicó, pues no solo ha cambiado la dinámica en la vida de las personas y el poco tiempo destinado al entretenimiento, sino la inmediatez en la necesidad de gratificación de la audiencia.
“Hay que tener claro que estamos retratando una realidad que es muy cercana. El unitario exitoso no es una fantasía, es de situaciones de la vida cotidiana. Se parte de problemáticas realistas. Por otra parte, la gente espera un mensaje que sea didáctico, que llegue a modo de conclusión. La gente espera aprender algo” dijo.
Asegura que el unitario es un formato rentable para las televisoras por varios motivos, uno de ellos, la cantidad de repeticiones que se pueden hacer, por lo que la venta al extranjero es muy exitosa, así como por su flexibilidad (ya que se puede programar por 20 episodios, pero también por todo el verano). Además, no se suele construir un set, pues se trabaja en locaciones, lo que ayuda al realismo.
“Otra virtud es la gran cantidad de trabajo que genera para el talento, lo que permite que personal técnico de nómina que no siempre se ocupa, así como talento adulto de trayectoria o muy joven que apenas se inicia, puedes emplearlo y ofrecerles una plataforma de lanzamiento sin arriesgar un protagónico. Es un escaparate que permite al talento estar presente, vigente y trabajando”.
Lucero Suárez
Lucero Suárez, productora de SOS me estoy enamorando, resume la evolución de la telenovela no solo al reducir de 200 a 90 o 100 horas, sino al aumento del número de escenas y cantidad de locaciones por capítulo, para construir historias más condensadas y concretas. “Pero siempre los malos serán castigados, mientras las historias siempre van a hablar de amor o de venganza”.
Asegura que en sus proyectos gusta de abordar una vida más actual y urbana, e identifica las conexiones que el público haga con talento y personajes, como una de las claves del éxito.
Afirma que la telenovela tiene que evolucionar, al igual que lo hace la vida. No solo con el fin de que los más jóvenes se sientan identificados, sino incluso los adultos mayores. “Hoy en día una persona mayor usa el whatsapp y el Zoom. “El mundo cambió y la pandemia lo aceleró. Esta transformación impacta a la novela, lógicamente” dijo, no solo en hábitos de consumo, sino en el contenido de las historias.
Comenta que el remake tiene tanta vigencia como el original, siempre que la historia sea excelente.