La minería ilegal es un asunto de especial importancia en el debate público de diferentes países de Latinoamérica. Este tema también se aborda en la película colombiana Uno, entre el oro y la muerte, ópera prima del director Julio César Gaviria y producida por Clover Studios que se estrenará en salas de cine de Colombia este jueves 21.
El formato cuenta la travesía que vive Esmeralda, una mujer que llega a un pueblo llamado La Alameda con el fin de explorar qué sucedió en los últimos días de vida de su esposo, Robert, un fallecido ejecutivo canadiense que trabajaba en una multinacional minera.
La película se rodó durante cinco semanas en Guatapé, municipio ubicado a 82 kilómetros de Medellín, que se ha consolidado como un sitio turístico reconocido gracias a su embalse y la llamada Piedra del Peñol. Asimismo, se grabó en el municipio de Marinilla (a 50 kilómetros de Medellín), mientras que Tarazá (municipio ubicado a 222 kilómetros de Medellín) fue el escenario donde se filmaron escenas correspondientes a la mina que se muestra en la cinta.
UN THRILLER CON UN TEMA RELEVANTE
Para Julio César uno de los principales desafíos fue rodar en el embalse de Guatapé: “Filmar en el agua es muy complejo, incluso en una represa donde no hay oleaje como en el océano. La represa es un espacio muy abierto, entonces a veces los vientos son muy fuertes y hacen que las lanchas se muevan. Muchas veces nos tocaba amarrarlas, eso implicó hacer VFX después en posproducción para borrar los lazos”.
Destacó que la producción aborda una temática con un impacto social significativo en territorios como Colombia: “Me gusta mucho que la película abra las puertas al debate ambiental. En el proceso de investigación y rodaje de la película pudimos conocer proyectos de minería colombianos que hacen las cosas de manera sostenible, responsable, trabajando con las comunidades. Obviamente también hay gente que hace las cosas mal, pero esta película es una oportunidad para empezar a debatir cómo la podemos hacer mejor”.
De igual manera, Julio César resaltó que el film explora el género thriller que, en su visión, no se aborda mucho en Colombia. “Es una historia fría, incómoda, que te deja revueltas las tripas” manifestó.
Por su parte, la productora Laura Franco recordó que en la realización participaron 85 personas con un crew compuesto por un 70% de mujeres. Contó que la película se financió con inversión nacional a partir de los beneficios tributarios de la Ley 814 de 2003. La posproducción de sonido fue realizada por Clap Studios.
El reparto está liderado por los actores colombianos Marcela Mar y Juan Pablo Urrego, y los canadienses Rachel Blanchard y James Gilbert. Franco reconoció que para traer a los intérpretes extranjeros debieron negociar con ACTRA (sindicato de artistas profesionales en Canadá) y SAG-AFTRA (sindicato estadounidense de artistas), debido a que en esa época se desarrollaban las huelgas de actores en EE UU.
BENEFICIOS PARA LAS COMUNIDADES
Asimismo, señaló el impulso económico que la producción brindó a las regiones donde filmaron: “Trabajamos con la gente de la zona, nos transportamos en carros y chivas (buses de escalera) de Guatapé y El Peñol; involucramos a la comunidad para que fueran beneficiarios de todo lo que pasa con el cine, todo el mercado se hacía allá para el catering, creamos más de 300 empleos indirectos”.
La actriz Marcela Mar se refirió al trabajo que hizo para construir a su personaje, Esmeralda: “Julio César me ofreció este rol dos años antes de que empezáramos a rodar. Entonces tuve la oportunidad de tener muchas lecturas en profundidad con él, de discutir las escenas, de cambiar incluso muchas cosas, Julio escucha mucho a los miembros de su equipo”.
Juan Pablo Urrego, quien da vida a Joaquín en la película, habló positivamente de la experiencia: “Tuvimos escenas de acción en lancha, la gente local nos trató increíble, fue un rodaje muy bacano, el equipo que se formó le puso todo el amor, empeño, trabajo y compromiso. El cine colombiano está a un nivel muy alto, no tenemos nada que envidiarle a ningún país”.
En su visión la cinta mezcla temáticas profundas con una trama atractiva: “Uno, tiene ese suspenso que nos gusta, acción, intriga. Es una película que tiene un tema importante, fuerte, que nos va a invitar al debate, pero que también nos entretiene” concluyó.