La cuarentena impulsó el crecimiento de la TV lineal, del VOD y de todas las OTT (establecidas, nuevas y de cableoperadores).
Al comienzo del confinamiento, una encuesta realizada por BB arrojó que el 63% de los consultados estaban consumiendo mas contenidos en OTT, 35% más en TV lineal y 20% más en nuevas OTT (abriéndose a nuevos contenidos).
Asimismo, el consumo vía on demand aumentó 30% y las plataformas propias de los cableoperadores (Flow, DIRECTV Go y otras) lograron aumentar la cantidad de suscriptores gracias a la estrategia de dar acceso a la mayoría de su bases.
Ahora las OTT —tras el pico de lanzamientos en 2015-16— están sellando alianzas. Algunos ejemplos son los acuerdos de Amazon Prime Video con Movistar+ en México, Flow con Netflix en Argentina o HBO con Mercado Libre para captar al público no bancarizado.
El más perjudicado ha sido el live streaming, cuyo principal atractivo para el usuario es acceder a su deporte favorito en vivo cuando no está en su hogar. Afectado por el confinamiento y la suspensión de los espectáculos deportivos, el live streaming cayó, pero registró un leve repunte en junio con la reanudación de algunas ligas europeas.
“La pandemia dejará un impacto positivo en la TV paga. Es una situación comparable a la de un mundial: la cantidad de suscriptores sube, posmundial el pico generado por el evento decae, pero queda en un nivel superior al premundial” explicó Luciano Zarlenga, Chief Analytics Officer de BB.
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