(Omar Méndez, São Paulo). ¡Optimismo! Eso es lo que ha destilado por todos sus poros la TV paga brasilera en su primera jornada de debates sin tregua. ¿Por qué optimismo si la masa de clientes indica que hay un muro que el mercado no ha podido sortear? Los pocos más de 3,5 millones de clientes, contabilizados en los últimos cuatro años, han dejado de ser un termómetro descalificador para convertirse en una plataforma sólida que invita a trazar planes más ambiciosos. Lo que anima a todos es el escenario económico nacional, más estable y fiable en el futuro próximo.“Ahora tenemos otro ánimo. La economía dá nuevas posibilidades y eso ha permitido la reacción de nuestra industria. En los momentos malos, que parecen haber terminado, logramos mantener la base de suscriptores. Ha llegado finalmente el momento de crecer y para eso debemos solucionar algunas trabas que se presentan”, dijo Alexandre Annenberg, director general de ABTA. Las trabas son principalmente el viejo litigio con las concesionarias de energía eléctrica (que exigen pagos por el uso del posteado) y los derechos autorales que amenazan llegar y convertirse en una carga más para el mercado.Para Annenberg, en la etapa que viene resulta clave el acceso a la población de menores recursos. “Sólo existe un camino para la universalización del servicio: abaratar el precio para que puedan acceder aquellos que hasta ahora no lo pudieron hacer. Eso ayudará mucho a combatir la piratería”, sostuvo, apuntando a un punto del auditorio en donde estaba una delegación llegada desde las favelas de Río de Janeiro.Annenberg también desafió la discusión por la implementación de la TV digital en el país: “La infraestructura de TV paga está en condiciones de iniciar ya la televisión digital. No necesita un padrón como pasa en la televisión de aire. Nuestro sector puede acelerar la televisión digital en Brasil”. El gobierno nacional mantiene su decisión de desarrollar un patrón propio en todo el país pese a los costos y el tiempo que llevará semejante iniciativa.Francisco Valim, jefe de Net Serviços, recurrió a dos viejos astros del fútbol nacional para hacer una analogía: uno que destilaba magia y quedó en la historia, Garrincha, y otro, Julio Botelho, de quien no se acuerda nadie pero que terminó ganandole el puesto al genio simplemente con puro trabajo, constancia y ansias de superación. “Botelho representa nuestra televisión paga. Así se hizo y hoy es una realidad concreta, una industria no por ser descubierta, sino madura, firme. Tenemos las condiciones financieras y macroeconómicas para avanzar ya”.La mesa de apertura, pese a la inesperada ausencia del ministro de Comunicaciones, Eunicio Oliveira, tuvo la presencia de Beth Carmona, responsable de TV Educativa; Marcos Dantas, ministro de Educación; Paulo Lustosa, secretario ejecutivo del Ministerio de Comunicaciones; Ara Minassian, de Anatel, y Gilberto Kassab, presidente de la Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados.El tono positivo también dominó en la primera sesión. El moderador quiso que los panelistas hicieran públicos sus visiones del mercado a corto plazo. Para Leila Loria, de TVA, “el crecimiento de la banda ancha es una tendencia inexorable, telefonía fija, voz sobre IP. El mercado estará ahí”. Minassian puso el acento “en la increíble capacidad que tiene la TV paga para crecer. Hay convergencia de terminales y hay que brindar servicios adecuados a cada segmento de población. Hay que buscar soluciones nacionales, soluciones para las cuestiones nacionales. Donde hay topes regulatorios, el sector debe usar su creatividad. No importa la tecnología. Yo estoy seguro que se puede atender fácilmente a 20 millones de abonados. El mercado está en condiciones de hacerlo”, sostuvo. Cuando el tema cambió y se instaló en la polémica (para el mercado de Brasil) unión de los DTH, los tonos variaron pero no se alteró el clima optimista. Para Valim, “es necesario que el mercado tenga concurrentes fuertes. Para eso hay que crear players más robustos y no débiles que alimenten la depredación en el negocio. Esto también va para los operadores de cable”.Leila Loria, en cambio, subrayó las consecuencias negativas que puede traer para el control de los contenidos. “El vicio de monopolio del contenido es una gran traba, una gran distorsión”, citó como alarma que deberán tener en cuenta los encargados de resolver a nivel oficial la fusión de Sky y DIRECTV.Chris Torto, presidente de Horizon, otro de los preocupados con el impacto que tendrá la unión en el negocio de la compraventa de canales, expuso su punto de vista para afrontar esa competencia desigual: “Yo estoy invirtiendo en canales locales. Las empresas pequeñas como la nuestra van a seguir manteniéndose si la apuesta se concentra en el contenido local”.